top of page

Uso Actual de Plantas Alucinógenas en la Medicina Psiquiátrica y Apertura en los Estados de Conciencia | Dra. Zoé Jiménez Corretjer


El uso de plantas alucinógenas en la medicina psiquiátrica ha experimentado un renacimiento en las últimas décadas, especialmente en el tratamiento de trastornos como el Trastorno de Estrés Postraumático (PTSD) y otras afecciones relacionadas con el trauma. Estye tema resulta sumamente interesante, porque estamos viendo cada día cómo volvemos a la medicina tradicional de la naturaleza para verdaderamente curar, no menguar los síntomas. Resulta que el uso de muchos de estos químicos alucinógenos verdaderamente curan este tipo de afección mental severa. Las plantas siempre han constituido la base de la medicina. Debemos regresar a ellas y beneficiarnos de sus propiedades pero siempre en control médico y profesional. En este breve artículo te comento algunos datos interesantes.

Curiosamente, hay una nueva modalidad en el uso de estas plantas. Muchas personas que practican la espiritualidad las utilizan llamándoles las plantas sagradas o medicina de la tierra. El uso de éstas debe ser siempre en entornos clínicos y legales. No obstante, está de moda que muchas personas visiten países como Colombia o Brasil, para adentrarse en espacios de retiro en los que se utilizan estas plantas con chamanes expertos. La mayoría de las personas que han tenido estas experiencias reclaman haber trascendido y haber experimentado mejoría y sanación de sus enfermedades y traumas. Hay mucha literatura científica que prueba la efectividad del uso de las palantas medicinales alucinógenas. Hoy te explico un poco sobre estos temas. No obstante, advierto que la información aquí es solamente con fines educativos. No se debe nunca aventurar a probar estas plantas sin el debido cuidado médico, supervisión y expertise clínico, por las reacciones secundarias peligrosas que incluso pueden llevar a la muerte por sobredosis o mal uso.



ree

A medida que la medicina moderna ha buscado alternativas para tratar enfermedades mentales resistentes a los tratamientos convencionales, las plantas psicoactivas y los compuestos alucinógenos han vuelto a ser reconocidos por su capacidad para alterar la percepción y fomentar procesos terapéuticos profundos. Estas sustancias se emplean en entornos controlados, en combinación con terapias psicológicas y bajo la supervisión de profesionales capacitados, para ayudar a los pacientes a procesar traumas de manera efectiva. Veamos algunos usos y estudios:


La Psilocibina y la Terapia de PTSD: Un Estudio Prometedor

ree

Uno de los compuestos alucinógenos que ha ganado atención en la medicina psiquiátrica moderna es la psilocibina, el principal compuesto activo de los hongos psilocibios. La psilocibina ha mostrado resultados prometedores en estudios clínicos recientes, especialmente en su capacidad para aliviar los síntomas del PTSD y trastornos relacionados con el trauma.


En un estudio publicado en 2020 en la revista JAMA Psychiatry, los investigadores demostraron que la psilocibina, administrada en un entorno terapéutico controlado, redujo significativamente los síntomas de depresión y ansiedad en pacientes con diagnóstico de PTSD. Los participantes recibieron dos sesiones de psilocibina, acompañadas de terapia psicológica dirigida, lo que les permitió procesar recuerdos traumáticos de manera más efectiva. Según el estudio, después de las sesiones de psilocibina, los participantes mostraron una reducción en la reexperimentación del trauma, una disminución en la evitación de situaciones y una mejora en la regulación emocional.

Cito: "Los resultados indican que la psilocibina, cuando se combina con la terapia psicológica, puede ayudar a los pacientes a enfrentarse a sus traumas más profundos, alterando la forma en que procesan sus recuerdos traumáticos y reduciendo los síntomas del PTSD." (JAMA Psychiatry, 2020, Vol. 77, pp. 16-22).


El MDMA (Éxtasis) y Terapia de Trauma: Un Tratamiento Innovador


Este compuesto me resulta más controversial y peligroso porque utilizado fuera del contexto clínico puede tener repercusiones negativas. Sin embargo, utilizado por los médicos, ha mostrado un enorme potencial en el tratamiento de trastornos traumáticos es el MDMA (3,4-metilenodioximetanfetamina), conocido comúnmente como éxtasis. Aunque es popularmente conocido por su uso recreativo, investigaciones recientes han demostrado que, administrado en un contexto clínico, el MDMA puede ser una herramienta poderosa en la terapia de PTSD.


En un estudio pionero dirigido por el Multidisciplinary Association for Psychedelic Studies (MAPS), se utilizó MDMA en sesiones de terapia psicoterapéutica para tratar el PTSD en veteranos de guerra y personas que han experimentado traumas graves. Los pacientes recibieron varias sesiones de MDMA junto con apoyo psicoterapéutico, y los resultados fueron extremadamente positivos. El MDMA ayudó a los pacientes a procesar emociones profundamente reprimidas y a superar los bloqueos emocionales causados por el trauma. Los estudios mostraron que, después de las sesiones, los pacientes experimentaron una reducción significativa de los síntomas de PTSD, incluida la reexperimentación y la evitación.

Cito: "El uso de MDMA como adyuvante terapéutico en el tratamiento del PTSD permite a los pacientes acceder a recuerdos difíciles y procesarlos sin experimentar los efectos negativos de la ansiedad o el miedo, lo que facilita una experiencia terapéutica profunda."

(MAPS, 2021, "MDMA-Assisted Psychotherapy for PTSD: A Randomized, Controlled Phase 3 Trial", Journal of Psychopharmacology, Vol. 35, pp. 353-360).


La planta de la Ayahuasca en el Tratamiento del Trauma


La ayahuasca, una mezcla de plantas originaria de la región amazónica, es otra sustancia que ha sido utilizada en la medicina psiquiátrica para tratar trastornos como el PTSD. Contiene DMT (Dimetyltriptamina), un compuesto que no solo ayuda en afecciones psiquiátricas, sino que induce a estados alterados de conciencia sumamente interesantes. Tradicionalmente, la ayahuasca ha sido utilizada por los pueblos indígenas del Amazonas en contextos chamánicos para la sanación espiritual y el autoconocimiento. Sin embargo, en años recientes, las investigaciones han comenzado a mostrar que la ayahuasca puede tener beneficios terapéuticos para los pacientes que sufren de traumas emocionales y psicológicos.


Un estudio realizado en 2015, publicado en Psychopharmacology, encontró que la ayahuasca, al inducir una experiencia visionaria, permite a los participantes acceder a recuerdos reprimidos y emocionales, proporcionando una oportunidad para reprocesar el trauma. Durante las sesiones, los pacientes pueden revivir experiencias traumáticas, pero con un sentido de desapego y desde una perspectiva diferente, lo que les permite liberarse del peso emocional asociado a esos recuerdos. El proceso es similar al que ocurre en algunas terapias tradicionales, como la terapia de exposición, pero potenciado por la dimensión psicodélica de la ayahuasca.


Un psiquiatra importante que ha realizado múltiples estudios con la ayahuasca es

Rick Strassman, un psiquiatra y médico investigador de la Universidad de Nuevo México, conocido por su trabajo pionero en la investigación sobre el uso de DMT (dimetiltriptamina) y su relación con los estados alterados de conciencia.


Su trabajo más influyente se encuentra en su libro "DMT: The Spirit Molecule" (2001), donde describe sus investigaciones sobre esta poderosa molécula y sus efectos en la mente humana. Strassman estudió la DMT en un contexto clínico controlado, administrándola a los participantes en un entorno seguro para observar sus efectos y las experiencias que surgían bajo su influencia. En este trabajo, Strassman no solo explora el papel de la DMT como una sustancia alucinógena, sino también las implicaciones filosóficas y espirituales que emergen de los relatos de los participantes, muchos de los cuales informaron de experiencias trascendentales y visiones compartidas.


Investigaciones y Experimentos sobre el DMT


En sus estudios realizados entre 1990 y 1995, Strassman administró DMT en dosis de 0.2 mg/kg a un grupo de participantes voluntarios. El objetivo era observar cómo la molécula afectaba los estados de conciencia y cómo se correlacionaba con las experiencias espirituales y las visiones en un contexto controlado. La administración de DMT inducía estados alterados de conciencia de intensidad variable, desde sensaciones de trascendencia hasta visiones profundamente simbólicas y místicas.


Uno de los aspectos más fascinantes de los experimentos de Strassman fue la comunidad de experiencias reportadas por los participantes. A pesar de que las personas provenían de contextos y perspectivas completamente diferentes, muchos de ellos informaron haber tenido experiencias similares, como encuentros con entidades o seres inteligentes que parecían tener una voluntad propia, y la sensación de haber sido transportados a otros planos de existencia. Estas experiencias compartidas no podían explicarse simplemente como efectos de la sugestión o el contexto cultural de los participantes. Los individuos que nunca se habían interesado en temas espirituales o místicos describieron visiones sorprendentes que coincidían con las de otros participantes, lo que llevó a Strassman a plantear la posibilidad de que el DMT no solo alterara la conciencia de manera individual, sino que pudiera actuar como un puente hacia una dimensión trascendental. Es como si esta molécula abriera un portal hacia otra dimensión.


Recordemos que la glándula Pineal en nuestro cerebro, produce DMT endógeno. En niveles bajos, permite que el cerebro genere una cantidad de esta molécula. Se dice que al morir, las personas segregan una cantidad mayor, induciendo a la apertura de este portal para que salga el "alma" o la conciencia.


Visiones Comunes y Encuentros con "Seres"


Strassman documentó que una parte significativa de los participantes en sus estudios reportó encuentros con seres u entidades que no solo eran percibidos de manera vívida, sino que, en muchos casos, parecían interactuar con los participantes. Algunos de estos "seres" fueron descritos como extraterrestres, seres interdimensionales, o entidades espirituales. Estos encuentros eran tan reales y consistentes que, según Strassman, se podrían considerar más allá de simples alucinaciones.


Por ejemplo, uno de los participantes, descrito en el libro de Strassman, relató un encuentro con lo que él llamó "seres de luz". Estos seres le comunicaron que él había estado involucrado en un proceso de "sanación espiritual". La coincidencia entre las descripciones de estos seres y las visiones de otros participantes llevó a Strassman a considerar que las experiencias inducidas por el DMT podrían reflejar algo más que simples construcciones mentales. De hecho, varios participantes reportaron encuentros con seres similares, incluso cuando no se conocían entre sí ni tenían acceso a relatos previos.


Strassman escribió sobre un participante que describió ver una ciudad o espacio interdimensional, similar a la descripción de otros que nunca habían conversado entre sí, pero que describieron lo mismo: estructuras en forma de pirámide, luces brillantes, y la sensación de estar en un "lugar más allá del tiempo y el espacio". Estos relatos, aunque subjetivos, fueron lo suficientemente coherentes como para hacer que Strassman sugiriera que la DMT podría ser una puerta hacia una realidad compartida o un campo de conciencia colectivo. Cito: "Muchos de los participantes informaron experiencias que no podían atribuirse únicamente a procesos biológicos o psicológicos individuales. En sus descripciones surgieron seres y mundos compartidos que, si bien personales, no eran únicos de sus perspectivas." (Strassman, R., DMT: The Spirit Molecule, 2001, p. 95).


El Rol del DMT en la Ayahuasca y el Trascendentalismo


Strassman también dedicó parte de su trabajo a explorar la relación entre el DMT y la ayahuasca, una bebida psicodélica tradicionalmente utilizada por los pueblos indígenas de la Amazonía. La ayahuasca contiene DMT en su forma biológicamente activa, gracias a la combinación con el MAOI (inhibidor de la monoaminooxidasa), que permite que el DMT no sea degradado rápidamente en el tracto digestivo y, por lo tanto, se absorba adecuadamente. El DMT, que se encuentra en la ayahuasca, se ha asociado con experiencias profundamente espirituales, y Strassman planteó la hipótesis de que la ayahuasca podría inducir estados similares a los observados en sus experimentos con DMT en un laboratorio.


Además de las experiencias individuales, Strassman sugirió que el uso de DMT podría tener un rol evolutivo importante. Según él, el hecho de que la DMT se libere de manera natural en ciertas circunstancias, como durante el nacimiento, la muerte, y, posiblemente, durante los sueños, sugiere que esta molécula podría estar implicada en algunos de los aspectos más trascendentales de la conciencia humana.


El Enigma de la "Mente Colectiva" y la Expansión de la Conciencia


Un aspecto clave del trabajo de Strassman es la hipótesis de la mente colectiva, que sugiere que las experiencias compartidas que los participantes informaron no solo son cosas de la mente individual, sino que podrían ser indicativas de algo más amplio y profundo. La recurrente mención de entidades y espacios comunes llevó a Strassman a postular que el DMT podría permitir a la mente humana acceder a dimensiones ocultas de la realidad, dimensiones a las que no tendríamos acceso en nuestro estado de conciencia normal.

De acuerdo con sus observaciones, estas experiencias pueden no ser simplemente alucinaciones sino experiencias trascendentales que abren puertas a realidades que podrían ser percibidas por varias personas de manera similar, aunque no se hayan conocido entre sí.

Cito: "Lo que encontramos fue algo extraño y único: no solo efectos de la droga, sino indicios de una experiencia trascendental compartida, lo que sugiere que el DMT podría ser una molécula que conecta a las personas con una red o dimensión más grande."

(Strassman, R., DMT: The Spirit Molecule, 2001, p. 173).


Los trabajos de Rick Strassman sobre el DMT han abierto nuevas puertas en la comprensión de los estados alterados de conciencia y su posible conexión con experiencias espirituales universales. A través de sus investigaciones, se ha documentado una serie de coincidencias extraordinarias en las visiones de los participantes, lo que ha llevado a algunos a especular que el DMT podría ser una clave para acceder a una realidad compartida que va más allá de la mera percepción individual. El DMT, en este contexto, podría no solo ser una herramienta psicoterapéutica, sino también un vehículo para explorar lo que Strassman llama "el mundo espiritual" o "dimensiones de conciencia más elevadas", accesibles a través de estados alterados inducidos por esta poderosa molécula. "La ayahuasca proporciona un marco terapéutico único para enfrentar y procesar traumas, al permitir una introspección profunda y el contacto con emociones reprimidas de una manera que no se logra con las terapias tradicionales." (Bouso, J. C., et al., 2015, Psychopharmacology, Vol. 231, pp. 1895-1906).


Otros Experimentos y Centros de Terapia con Plantas Psicoactivas


En la actualidad, varias instituciones y centros de investigación están llevando a cabo experimentos con plantas alucinógenas para el tratamiento del PTSD. Uno de los centros más destacados en este campo es el Centro de Terapia Psicodélica de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), donde se investigan los efectos de la psilocibina en pacientes con depresión y PTSD. Además, los centros de investigación y terapia en lugares como Perú, Brasil, y México están utilizando la ayahuasca y el peyote en sus rituales de sanación para tratar a personas que sufren de traumas emocionales y trastornos mentales.

Otro avance importante es la reciente aprobación de ensayos clínicos de MDMA en varios países, que permite la realización de terapias asistidas por psicodélicos en un entorno legal y controlado. Estos ensayos han sido esenciales para establecer protocolos seguros y efectivos para el uso de estas sustancias en el tratamiento de trastornos psicológicos graves, particularmente el PTSD.


En resumen... El uso de plantas alucinógenas en la medicina psiquiátrica moderna representa un enfoque innovador y prometedor para tratar trastornos como el PTSD. A través de la combinación de sustancias psicoactivas como la psilocibina, el MDMA y la ayahuasca, los pacientes tienen la oportunidad de enfrentar y procesar traumas de manera profunda, con la ayuda de terapias psicológicas adaptadas. Estos tratamientos no solo muestran una reducción significativa de los síntomas del PTSD, sino que también brindan una nueva perspectiva sobre el papel de las plantas psicodélicas en la sanación emocional y psicológica.


NOTA (Discolsure): Nunca te aventures a probar nada de esto por tu cuenta. Este artículo es con fines psicoeducativos solamente y siempre se debe consultar con un médico especialista en estos temas y usos. De considerarse el empleo de estas medicinas sagradas, debe ser en entornos clínicos y controlados.


  • Referencias:


    • Strassman, Rick (2001). DMT: The Spirit Molecule: A Doctor's Revolutionary Research into the Biology of Near-Death and Mystical Experiences. Park Street Press.

    • Strassman, Rick (2017). DMT and the Soul of Prophecy: A New Science of Spiritual Revelation in the Hebrew Bible. Inner Traditions.


  • Referencias adicionales:


    • Johnson, M. W., et al. (2019). "The Therapeutic Potential of Psilocybin for Mental Health Disorders." Harvard Review of Psychiatry, 27(5), pp. 354-360.

    • Carhart-Harris, R. L., et al. (2021). "MDMA-Assisted Therapy for PTSD: A Review of Evidence." Psychopharmacology, Vol. 238, pp. 219-228.



Mindful Zoé

 
 
 

Comments


bottom of page